Este tipo de cáncer es uno de los más comunes y es la tercera causa de muerte por cáncer en todo el mundo. Es importante que las personas conozcan sobre esta enfermedad y sus posibles causantes.
Esta enfermedad comienza en las células hepáticas y se divide en varios tipos. El más común es el carcinoma hepatocelular (CHC), sin embargo los otros tipos de cáncer que existen son mucho menos comunes, por ejemplo, el colangiocarcinoma intrahepático y el hepatoblastoma.
Es más común que al paciente le de cáncer en el hígado porque se esparció por el cuerpo, a que se hubiera originado en las células hepáticas. Cuando la enfermedad comienza en otra parte del cuerpo, como por ejemplo, los pulmones o el colon y luego se dirige a otros órganos del cuerpo se denomina cáncer metastásico.
Síntomas de cáncer en el hígado
En los inicios de la enfermedad, la mayoría de los afectados no muestran síntomas, sin embargo, con el pasar del tiempo la persona puede ir sintiendo las siguientes señales:
- Pérdida de peso
- Pérdida de apetito
- Dolor en el abdomen, específicamente en la parte alta.
- Náuseas y vómitos.
- Debilidad y fatiga general.
- Hinchazón abdominal.
- Decoloración amarillenta de la piel y la parte blanca de los ojos (ictericia).
- Heces blancas o blanquecinas.
- Inflamación abdominal.
Aunque existan todos estos síntomas, la persona puede no demostrarlos hasta que el cáncer se encuentre avanzado. Los doctores para examinar al paciente, utilizan pruebas las cuales evalúan el hígado y la sangre.
El tratamiento de esta enfermedad consiste en cirugía, radiación, quimioterapia o en el caso de que el cáncer esté presente en el hígado, un trasplante.
Causas y factores de riesgo
Suele producirse en las personas que sufren de una enfermedad del hígado crónica la cual fue originada por un virus de la hepatitis o cirrosis.
Aunque exista un rango de riesgo más amplio de personas propensas a padecer esta enfermedad, no significa que obligatoriamente sufrirán de ella, es posible que personas las cuales no estén en riesgo la padezcan. Los factores de riesgo son los siguientes:
- Infección por el virus de la hepatitis B (VHB).
- Infección por el virus de la hepatitis C (VHC).
- Cirrosis.
- Consumo excesivo de bebidas alcohólicas.
- Aflatoxina B1.
- Esteatohepatitis no alcohólica (EHNA).
- Consumo de cigarrillos.
Es necesario entender las señales que nuestro cuerpo va demostrando y a su vez estar al tanto del estilo de vida que se está creando, para poder prevenir tanto esta enfermedad como cualquier otra. Al hablar de factores de protección y de cómo aumentarlos, todos los factores se deben de considerar.
Si se empiezan a manifestar varios síntomas, es importante contactar al especialista de inmediato, para que así se puedan realizar los exámenes necesarios e iniciar el tratamiento debido lo más rápido posible.