El hígado es el órgano más grande del cuerpo humano. Ayuda a digerir los alimentos, almacenar energía y eliminar toxinas. En la mayoría de los casos, las enfermedades relacionadas con el hígado ocurren como resultado del consumo excesivo de alcohol a largo plazo. Sin embargo, actualmente una de las enfermedades hepáticas más comunes es la enfermedad del hígado graso no alcohólico. Con los años, esta condición se ha vuelto más común en las personas obesas.
¿Qué es el hígado graso no alcohólico?
La enfermedad del hígado graso no alcohólico se caracteriza por la acumulación anormal de grasa en las células del hígado en ausencia del consumo de alcohol, y es una condición de sobrepeso y obesidad. Si este rápido aumento de la masa grasa continúa durante mucho tiempo, podría desarrollarse una inflamación en el hígado.
¿Cuáles son los tipos de la enfermedad del hígado graso no alcohólico?
Esta enfermedad se divide en dos tipos:
Hígado graso simple: ocurre cuando una cierta cantidad de grasa es visible en el hígado, pero generalmente con poca o ninguna inflamación de las células hepáticas. El hígado graso simple por lo general no pone en peligro o causa complicaciones al hígado.
Esteatosis no alcohólica: ocurre cuando se genera grasa e inflamación en las células del hígado, lo cual puede llegar a provocar fibrosis o cicatrización del hígado. Si no se trata adecuadamente, la esteatosis no alcohólica puede desarrollar otras afecciones más graves, como cáncer de hígado.
Con las tasas de obesidad en aumento (duplicándose y triplicándose en adultos y niños, respectivamente), no sorprende que la enfermedad del hígado graso no alcohólico y la esteatohepatitis no alcohólica se hayan vuelto comunes en países como los Estados Unidos, aumentando el riesgo para aquellas personas con problemas de obesidad. Desafortunadamente, las tasas de obesidad cada día se incrementan más debido a la gran cantidad de alimentos procesados y poco saludables que se consumen en el mercado.
Cuando escuchas sobre enfermedades hepáticas, generalmente las asocias con el consumo de bebidas alcohólicas, pero la obesidad cambia esa percepción. El consumo de alimentos grasos es una gran preocupación hoy en día con la posibilidad de desarrollar la enfermedad del hígado graso no alcohólico.
Se estima que este trastorno afecta hasta el 20 por ciento de los adultos y casi el 5 por ciento de los niños, ya que el mismo no esta asociado al consumo de alcohol sino al consumo excesivo de comida poco saludable.
En este caso, es imprescindible seguir una dieta saludable. Es importante incluir una mayor variedad de alimentos en nuestra dieta, como frutas y verduras. También se debe tener una rutina de ejercicios diarios que ayude a perder peso. De esta forma, la grasa corporal irá desapareciendo paulatinamente para mantener el peso suficiente y un equilibrio positivo en el organismo. Tomando estas medidas se puede evitar la obesidad, especialmente en países con un alto consumo de comida chatarra.
¿Qué causa la enfermedad por hígado graso no alcohólico y la esteatohepatitis no alcohólica?
La enfermedad del hígado graso no alcohólico y la esteatohepatitis no alcohólica son causadas por diferentes síndromes metabólicos. En la enfermedad del hígado graso no alcohólico, la enfermedad es parte de un síndrome metabólico caracterizado por diabetes o prediabetes, obesidad, colesterol alto, hipertensión y triglicéridos. No obstante, no todas las personas presentan estos síntomas a nivel metabólico.
En el caso de la esteatohepatitis no alcohólica, la causa de su desarrollo aún no está clara. Por lo tanto, los investigadores tienen la tarea de estudiar y evaluar algunos factores que pueden ser la causa de la enfermedad. estos son:
• Estrés oxidativo: Es un proceso que provoca diversas enfermedades en nuestro organismo. Un desequilibrio de prooxidantes y antioxidantes puede causar daño a las células hepáticas.
• Propagación de proteínas inflamatorias tóxicas.
• Apoptosis, muerte de las células hepáticas.
La mayoría de las personas con el padecimiento del hígado graso no alcohólico desconocen la enfermedad porque se considera una enfermedad silenciosa. Estos tipos de trastornos a menudo tienen pocos o ningún síntoma en el examen físico. Si se llegase a presentar alguna molestia por la enfermedad, los síntomas en adultos y niños pueden incluir dolor abdominal, molestias en el área donde se encuentra el hígado o fatiga.
Durante el examen físico, los adultos pueden presentar una inflamación en el hígado, mientras que los niños pueden presentarse áreas del cuerpo ligeramente oscurecidas, como el cuello y las axilas.