¡Llegó la Navidad y el cierre del año! Representa la época más festiva donde celebramos con amigos, familiares y compañeros de trabajo en un sinfín de encuentros y reuniones. Es imposible no caer en la tentación de los excesos propios del alcohol o hasta de la variedad de comidas disponibles durante las festividades; las personas beben mientras socializan entre sí.
Por ello, ponderarse en la ingesta de bebidas alcohólicas en diciembre conlleva una gran responsabilidad de conciencia. El abuso del alcohol puede ocasionar graves consecuencias para la salud, especialmente al hígado.
Tomar bebidas alcohólicas en exceso, por un extenso período de tiempo, puede originar secuelas negativas en nuestro cuerpo. Las repercusiones pueden ir desde sufrir una simple resaca al día siguiente, hasta enfermedades que comprometen nuestra salud.
Una de las tareas del hígado es filtrar toda la sangre del cuerpo y eliminar las toxinas que se encuentren en él. El consumo excesivo de alcohol causa que el órgano trabaje doble y se acumulen depósitos de grasa en sus células provocando una inflamación.
¿Cuáles son las causas de las enfermedades hepáticas alcohólicas?
Cuando se consume alcohol sin control, se pueden presentar diferentes enfermedades hepáticas alcohólicas. Al hígado le cuesta descomponer esta sustancia, produciendo químicos altamente tóxicos. A su vez, estos químicos causan que se inflame el hígado causando una destrucción de sus células, provocando que con el tiempo se originen cicatrizaciones irreversibles y cirrosis.
Las probabilidades de que estos padecimientos se presenten en el individuo, dependerán de la cantidad de alcohol y del tiempo que esté consumiéndolo. Los diferentes tipos de enfermedades se presentan mayormente en las personas que tienen entre los 40 y 50 años.
Estas enfermedades son más propensas en los hombres, aunque, las mujeres también pueden desarrollar los síntomas sin un consumo extremo de alcohol. Incluso, el riesgo de sufrir enfermedades hepáticas alcohólicas puede ser de origen hereditario.
Síntomas detectables de la enfermedad hepática alcohólica
El síntoma más común de la enfermedad hepática alcohólica es la aparición de pigmentación amarillenta en la piel y en la parte blanca de los ojos.
No obstante, también pueden aparecer estos síntomas:
- Falta de apetito.
- Náuseas y vómitos.
- Sensibilidad abdominal.
- Fiebre.
- Fatiga y debilidad.
- Desnutrición, causada por la alta ingesta de alcohol, que a su vez inhibe el apetito.
- Desarrollo de ascitis.
- Insuficiencia renal y hepática.
Lamentablemente, cuando estamos disfrutando de las fiestas decembrinas, lo menos que tenemos en mente en ese momento es en cómo el consumo excesivo de alcohol puede estar afectando nuestro hígado. Nos dejamos llevar por las emociones y nos olvidamos de las graves consecuencias de nuestras acciones.
Tomemos conciencia e iniciemos el año retomando hábitos saludables que dejamos de un lado durante las festividades de diciembre. ¿O por qué no empezar de cero también? Consumamos alcohol moderadamente, gocemos las fiestas y resguardamos nuestra salud.