¿Sabías que el hígado está ubicado en la parte superior derecha del abdomen, justo debajo de las costillas? Este órgano vital es el responsable de producir bilis, que es una sustancia que te ayuda a digerir grasas, vitaminas y otros nutrientes.
Además, almacena nutrientes como la glucosa, para que te mantengas con energía, y también descompone medicamentos y toxinas.
A veces, cuando algo no anda bien, el problema se puede deber a una infección que inflama el hígado entre otras causas como:
La hepatitis viral es la causa más común, que incluye diferentes tipos como:
Hepatitis A. Puede ser contraída al beber o ingerir alimentos contaminados con materia fecal. A diferencia de otros tipos de hepatitis, rara vez es mortal. Los síntomas pueden aparecer en forma de fiebre, malestar, pérdida de apetito, diarrea, náuseas o molestias abdominales. Sin embargo, existe una vacuna para prevenirlo.
Hepatitis B. Se contrae a través del contacto directo con sangre infectada o fluidos corporales. La mayoría de las personas se recuperan de este tipo de Hepatitis en 6 meses. A veces, sin embargo, causa una infección a largo plazo que podría provocar un daño hepático importante. Una vez que la persona tiene la enfermedad, puede transmitir el virus incluso si no presenta ningún síntoma. Afortunadamente, existe una vacua contra este tipo de hepatitis.
Hepatitis C. Se transmite de igual forma que la hepatitis B. Muchas personas con este tipo no presentan síntomas. Alrededor del 80% de las personas con la enfermedad contraen una infección a largo plazo. En ocasiones puede provocar cirrosis, una cicatrización del hígado. Para este caso, no hay vacuna para prevenirlo.
Problemas del sistema inmunológico
El sistema inmunológico se encarga de combatir los virus y las bacterias. Pero hay casos en los que ataca una o más partes del cuerpo, como el hígado. Algunas enfermedades relacionadas son:
Hepatitis autoinmune: este tipo inflama el hígado. Puede provocar otros trastornos e incluso insuficiencia hepática. Afecta a niñas y mujeres con más frecuencia que a niños u hombres.
Colangitis biliar primaria: ataca pequeños conductos del hígado llamados conductos biliares. Llevan bilis, una sustancia química que ayuda a digerir los alimentos. Cuando los conductos se lesionan, la bilis retrocede dentro del hígado y lo cicatriza. Las mujeres padecen esto con más frecuencia que los hombres.
Colangitis esclerosante primaria: cicatriza los conductos biliares y eventualmente puede bloquearlos. La bilis se acumula dentro de su hígado y eso dificulta su funcionamiento. Puede provocar cáncer de hígado y es posible que algún día necesite un trasplante. Los hombres tienen más probabilidades que las mujeres de contraerla.
Cáncer y tumores
Si el cáncer aparece en el hígado, es probable que se deba a su esparcimiento desde otra parte del cuerpo, como los pulmones, el colon o los senos. Pero algunos tipos de cáncer pueden comenzar en este órgano.
El cáncer de hígado afecta a las mujeres con más frecuencia que a los hombres y a los afroamericanos con más frecuencia que a los blancos. Su médico podría llamarlo carcinoma hepatocelular. Es más probable si tiene hepatitis o ingiere bebidas alcohólicas en exceso.
Por su parte, el cáncer de vías biliares golpea los conductos que van desde el hígado hasta el intestino delgado para transportar la bilis, un líquido que ayuda a digerir los alimentos. Este tipo de cáncer afecta principalmente a personas mayores de 50 años, pero es poco común.
El adenoma de células hepáticas es un tumor que no tiene cáncer. Es poco común, pero las mujeres que toman píldoras anticonceptivas durante mucho tiempo son más propensas que otras personas a desarrollarlo. Existe una pequeña posibilidad de que el tumor eventualmente se convierta en cáncer.
Las graves complicaciones de la enfermedad hepática incluyen:
Insuficiencia hepática aguda. Esto sucede cuando no tiene una enfermedad hepática a largo plazo, pero su hígado deja de funcionar en muy poco tiempo: días o semanas. Eso puede suceder debido a una sobredosis de acetaminofén, infecciones o medicamentos recetados.
La cirrosis, una acumulación de cicatrices en el hígado. Cuantas más cicatrices reemplacen las partes sanas de su hígado, más difícil será para su hígado hacer su trabajo. Con el tiempo, es posible que no funcione como debería.