Si bien el consumo de alcohol es negativo para el funcionamiento del hígado, hay padecimientos que no dependen de ello para afectar este órgano.
Se sabe que el consumo excesivo de grasas, el cigarro y el alcohol son hábitos que pueden generar enfermedades hepáticas, como el hígado graso.
Esta es una enfermedad que, como su nombre lo indica, afecta al hígado directamente a través de la acumulación de grasa en el tejido hepático, siendo uno de los padecimientos más comunes en este órgano.
¿Cuáles son sus síntomas principales?
Al tratarse de una enfermedad que afecta a una gran cantidad de personas alrededor del mundo, es importante entender que solo evitar la ingesta de alcohol no es suficiente para prevenirlo. Por lo tanto, hay que conocer sus síntomas:
- Agrandamiento del bazo.
- Enrojecimiento en las palmas de las manos.
- Inflamación abdominal
- Agrandamiento de los vasos sanguíneos
- Coloración amarillenta de la piel o los ojos.
En caso de experimentar alguno de estos síntomas, es recomendable acudir a un profesional de la salud que nos permita concretar un diagnóstico. Prolongar este tipo de enfermedades u otro padecimiento que cause estos síntomas, puede incrementar el malestar y poner en riesgo la vida.
Tipos de tratamiento
La primera medida que se recomienda al diagnosticar la enfermedad del hígado graso es la disminución de peso, correspondiendo a un 10% de la masa muscular del paciente. Aunque con una disminución de entre 3% y 5% puede reducir los riesgos considerablemente.
En casos avanzados en los que el paciente haya desarrollado cirrosis, producto de la acumulación de grasa, el trasplante de hígado es una opción. Esto depende del estado de salud del paciente y cuál de los tipos de hígado graso padece. En todo caso, lo primordial es seguir las indicaciones médicas y evaluar las opciones disponibles.
Toma en cuenta, que el mejor tratamiento es la prevención de esta enfermedad, lo cual es posible al mantener una dieta sana, rica en frutas, vegetales y grasas saludables. Esto es incluso más efectivo al incorporar la actividad física como parte de nuestra rutina diaria.