En esta gran entrevista, Libardo comparte su impactante viaje desde el diagnóstico de cirrosis hasta su trasplante de hígado en 2005. Descubre cómo ha transformado su vida, convirtiéndose en un defensor apasionado y agradecido, comprometido con ayudar a otros pacientes y colaborando estrechamente con Fundahígado.
¿Cómo comienza tu historia?
En mayo de 1999, un sangrado revela una cirrosis.
El Dr. Vladimir M y José Díaz me refieren a Fundahígado para una oportunidad de vida y un equipo multidisciplinario determina que el causante de mi situación hepática es un Budd-Chiari.
El 15 de septiembre de 2005, automáticamente fui trasplantado.
¿Cómo te sientes después de ser trasplantado?
Me siento que debo dar más al universo, pero, ¿por qué me siento endeudado?, porque los médicos trabajan y muchos no les reconocen su labor, porque toda la ciencia está dedicada a mantenerte vivo.
Yo realmente se los agradezco teniendo muchas actividades, haciendo programas, luchando por los pacientes nuevos, por los niños… Esa es mi manera de pagar esa deuda.
¿Cómo es tu relación con Fundahígado?
Es una relación de familia y admiración. Hoy en día, Fundahígado me ayuda con mi tratamiento inmunosupresor y control de exámenes.
¿Cómo ha cambiado tu vida desde el trasplante?
Pues, una sola respuesta te podría dar. Soy un mejor ser humano y no es porque lo digo yo, sino, por mi actuación con la vida; porque yo estoy trabajando por el paciente más que por mí
Libardo, un testimonio viviente de gratitud, dedicación y transformación, nos inspira a dar más a la vida. Su compromiso con Fundahígado y su trabajo incansable en favor de otros pacientes demuestran que el don de la vida se honra mejor al extender la mano a quienes aún luchan.